Duval Times

La crisis en Guyana está poniendo a prueba las prioridades en política exterior de la Administración Biden, según un informe publicado recientemente. El país sudamericano, del tamaño del estado de Idaho, podría convertirse en el próximo foco de tensión global debido a la amenaza del narco-dictador venezolano Nicolás Maduro, quien busca apoderarse del territorio de Esequibo, rico en recursos naturales y que representa casi dos tercios de la porción continental de Guyana.

Maduro convocó fraudulentamente a un referéndum en diciembre para reclamar la soberanía sobre la zona del Esequibo y ha activado al personal militar con el pretexto de una invasión. Todo esto mientras desvía la atención de los problemas internos en Venezuela y busca proyectar una fuerza en el extranjero.

La situación en Guyana representa un desafío para la política exterior de la Administración Biden, ya que el país ha fortalecido sus lazos con empresas estadounidenses que están invirtiendo fuertemente en la extracción de petróleo a largo plazo. Esta inversión ha inyectado más de $1,600 millones de dólares a una economía de menos de un millón de personas y se espera que para el 2040 genere más de $150 mil millones de dólares al año.

Sin embargo, este crecimiento económico plantea preocupaciones debido a las acciones del gobierno de Guyana. Según el informe, el gobierno ha otorgado concesiones a empresas estadounidenses mientras Maduro continúa deteniendo a ciudadanos estadounidenses y albergando a narcoterroristas de las FARC y del ELN. Esta situación envía el mensaje de que el mal comportamiento será recompensado.

A pesar de esto, la Administración Biden ha brindado cierto apoyo a Guyana. Aviones de combate procedentes de EE.UU. han estado realizando operaciones conjuntas con la Fuerza Aérea de Guyana y el Departamento de Estado ha acordado ayudar al país a crear un ejército más organizado y mejor equipado en los próximos meses.

El senador Marco Rubio resaltó la importancia de Guyana como aliado estratégico de EE.UU., afirmando que el país posee algunos de los recursos más importantes del siglo 21. Además, advirtió sobre las consecuencias de permitir que Maduro tome posesión del Esequibo, ya que esto permitiría que China y otros adversarios accedan a estos recursos y los utilicen en su beneficio.

"¿De qué sirve sustentar la producción nacional de productos electrónicos, por ejemplo, y al mismo tiempo fortalecer efectivamente a un régimen criminal que pretende ayudar a China a monopolizar el control de materiales básicos?", cuestionó Rubio.

Guyana, ubicada a solo cuatro horas de vuelo desde EE.UU., se ha convertido en una prueba seria para la Administración Biden, que no puede permitirse cometer errores en su política exterior. La situación en el país sudamericano representa una amenaza tanto para EE.UU. como para el pueblo venezolano. Es crucial que la Casa Blanca comunique al público estadounidense por qué la situación en Guyana es de interés nacional, y tome las medidas necesarias para proteger los intereses de EE.UU. y sus aliados.

En resumen, la crisis en Guyana está poniendo a prueba las prioridades en política exterior de la Administración Biden. La amenaza de Maduro de apoderarse del territorio de Esequibo y los recursos naturales de Guyana plantea un desafío para EE.UU. El país sudamericano se ha convertido en un aliado estratégico importante y es vital proteger sus intereses y evitar que China y otros adversarios se beneficien de los recursos. La Administración Biden ha brindado cierto apoyo a Guyana, pero es necesario comunicar al público estadounidense por qué esta situación es de interés nacional y tomar medidas para proteger los intereses de EE.UU. y sus aliados.